jueves, 13 de mayo de 2010


G) MAPAS PEHUENCHES

miércoles, 12 de mayo de 2010

Indigenas en la colonia

Buenos nosotros elegimos el pueblo pehuenche

A) Costumbres:Los Pehuenche son especialmente recolectores de piñones más que agricultores. Con aquellos frutos fabricaban una especie de harina que se podía almacenar por varios meses. Además recolectaban otros frutos y con algunos de ellos elaboraban una bebida parecida a la chicha. Todos los víveres eran almacenados en silos construidos debajo de la tierra, siendo utilizados durante las épocas de escasez.
Los hombres Pehuenche se caracterizaban por su habilidad como cazadores, siendo su principal arma las boleadoras que las confeccionaban de tripas y cuero de animal las que rellenaban con piedras. Su gran destreza para lanzarlas les permitía atrapar guanacos, venados y avestruces.
Los Hombres del Pehuén tenían como principal fuente de ingresos la “venta” de animales y pieles que intercambiaban por alimentos y otros productos. El mecanismo era el trueque.
Cuando llegaron a domesticar el caballo, los Pehuenche abarcaron mayores trechos.
Estos hombre y mujeres eran altos, delgados, ágiles y de tes oscura, se relacionaron mucho con sus vecinos aprendiendo de los indios argentinos, Huarpes, las técnicas de la cestería.
Sus vestimentas podían ser hechas del cuero de los animales, adornándolos con plumas de ñandú u otras aves.
Durante el verano, los Pehuenche, agradecen la fertilidad de las tierras con las cuales pueden criar animales y recolectar los frutos de la estación.

B)UBICACION GEOGRAFICA:Los Pehuenche habitaban la zona centro sur, específicamente en la región cordillerana de la VII y IX regiones. Pero sus perfil nómade los llevó incluso a habitar la XII Región.

c)ORGANISACION SOCIAL:Respecto a la organización social, la población pehuenche se habría cohesionado en torno a pequeñas bandas especializadas en la explotación del piñón y en la caza de guanacos, ñandúes y ciervos andinos. El consumo del piñón ha sido un elemento central de su cultura, que perdura hasta el presente. Este era consumido como harina con la que se hacía una especie de pan o torta; también lo comían tostado. En la caza y la guerra, demostraban su habilidad en el manejo de la flecha y la boleadora. La adopción del caballo, a fines del siglo XVI, es crucial en las transformaciones de su estilo de vida, pasa a formar parte importante de su alimentación y les sirve como medio de transporte para extender sus desplazamientos tanto hacia el norte como al sur y se convierte además en un elemento central de rituales tales como el funerario, de acuerdo a las descripciones realizadas por los cronistas hispanos

d)Religion:De su religión no se sabe mucho, tenían divisas de familia, ellos eran descendientes de los días o del sol que va marchando lo cual se ha interpretado como que tenían restos de una organización totémica. A esos hombres se les oponía otro grupo los de la noche de cuya existencia no hay datos. En su religión se señala la existencia de un dios supremo llamado gamakia (el cacique). Rara vez se le rogaba directamente sino que se dirigían a los espíritus de los antepasados, para que intercediesen, este dios supremo tenia esposa, de nombre gamkiatsëm, y también había otros muchos dioses. Un genio del mal recibía el nombre de gualichu el cual enviaba la enfermedad y la muerte.


En la funeraria el homicidio piadoso de los agonizantes. Los muertos se inhumaban en cuevas en las montañas en posición encogida retobados en un cuero y con la cara hacia el poniente, donde faltaban cuevas los enterraban en terrenos blandos. Sus pertenencias eran destruidas, al menos sus animales favoritos y parte de su vivienda.

E) GUERRA DE ARAUCO :Cuando los conquistadores españoles, dirigidos por Pedro de Valdivia, llegaron a la región del Bío Bío tenían un vago concepto sobre la belicosidad de los indígenas, pero debido a sus experiencias en México y Perú esperaban un pronto y fácil sometimiento por las armas de estos pueblos a la corona y su posterior evangelización.
Sin embargo no fue así; los conquistadores se enfrentaron a los mapuches, quienes plantearon una dura oposición, a la que también se asociarían los Huilliches, Picunches y Cuncos, colocando en los más duros aprietos la conquista y colonización de sus territorios. Los Mapuches previamente ya tenían experiencia reciente en relación a enfrentar a ejércitos extranjeros, ya que se habían enfrentado aproximadamente unos 80 años antes a los ejércitos incas comandados por Túpac Yupanqui en la zona del río Maule en la llamada Batalla del Maule,[1] estableciéndose de esta manera los límites del Imperio inca en la ribera de este río, a unos 250 km al sur de la actual capital de Chile, zona habitada por los picunches. La larga lucha contra el Tahuantinsuyo dejará su legado, de hecho para la cosmovisión mapuche la llegada de los españoles fue percibida como un nuevo tipo de invasor inca, de ahí el nombre que les pusieron "winkas", el que aún se emplea para los chilenos.
Según varios cronistas españoles y la posterior tradición popular chilena, los mapuches ("gente de la tierra" en idioma mapudungún) no se amedrentaban, luchaban aun en la noche, organizados, aprendían rápido cómo enfrentar a los españoles, y eran un pueblo cohesionado en su espíritu guerrero. Consideraron que el comportamiento del conquistador podía llegar a ser despiadado, ambicioso y cruel con sus enemigos, y que podría mirar al indígena como un ser inferior, invadiendo sus ancestrales tierras y ocupándolos en labores agrarias y pesadas, contraponiendo sus intentos de evangelización a tradiciones. Estos conceptos se resaltan en la obra épica "La Araucana", escrita a principios de la colonia por Alonso de Ercilla.
Estas razones ocasionaron una reñida guerra de guerrillas, sin mostrar un vencedor evidente, pues tan feroz fue la resistencia mapuche que los conquistadores se vieron obligados varias veces a despoblar y a retirarse de las zonas territoriales indígenas. La explicación a comportamientos militares tan distintos está en la geografía, el paisaje de estepa del Valle Central de Chile en la zona de Santiago no permitía la lucha de guerrillas ni se disponía de alimentos en la cordillera para refugiarse ahí. No era la misma situación en la zona austral donde los montes y la selva valdiviana favorecían la lucha guerrillera y hacían difícil el triunfo hispano.
Hubo más de un momento en que la colonización de Chile estuvo a punto de detenerse.
La Guerra de Arauco fue un quebradero de cabeza para los reyes Carlos V, Felipe II, Felipe III, Felipe IV y el Virreinato del Perú, por su irresuelta situación constante en el tiempo, su alto costo pecuniario y de vidas.
Hubo muchos combates en que alternativamente la victoria se pasaba de bando en bando. Asimismo hubo intentos de paz y períodos de paz aparentes seguidos de largos períodos de estado de guerra. Los españoles se convencieron finalmente de que cualquier intento de paz era inútil y que sólo obtendría la victoria por la fuerza.
Las pestes tales como el tifus, la viruela y otras enfermedades, afectaron gravemente a los indígenas, entorpeciendo su participación en la guerra. La guerra se fue desgastando en el último tercio debido al mestizaje entre los ibéricos y mapuches, ya que el indígena se suponía que tenía predilección por las mujeres españolas y los conquistadores españoles no tenían muchas mujeres consigo. En el fondo, los hombres de ambos bandos secuestraban a las mujeres del enemigo. Por eso es que es difícil hallar una "raza" pura o predominante en Chile.

F)Poesia Elicura Chihuailaf: Pero hasta la muerte (hoy) es otra en estas irreconocibles calles de Chile Estas mismas calles que rememoran a Alejandro Ancao mientras su madre sueña que habita entre las araucarias y muele piñones en la piedra y bebe cosay (la savia de los coigües) ... Soñar y levantarnos, qué más nos queda Soñar, a lo mejor Alejandro es el jinete que llega el hombre que salta la alambrada su canto, el canto del estero Levantarnos, y su recuerdo sea el libro abierto en el que hayan de mirarse nuestros hijos con sus sonrisas desdentadas y hermosas


H)VESTIMENTA:El vestido estaba constituido por pieles y se completaba con plumajes, tanto para hombres como para mujeres; además los hombres usaban una cubierta púbica de piel, de unos 20cm de tamaño, atada con tres cuerdas; las mujeres usaban delantales que les cubrían desde la rodillas a la cintura. Los brujos usaban mantas especiales adquiridas de los araucanos, y dos maracas en sus funciones. Se depilaban el cuerpo, las cejas, etc., y se pintaban de rojo y negro tanto en la expediciones de guerra como en las ceremonias funerarias. Las mantas de pieles iban también pintadas en varios colores y sus motivos eran también geométricos.

Si bien no llegaron a conocer la técnica textil utilizaron en su vestimenta prendas tejidas que obtenían por medio del trueque que realizaban con los araucanos, a cambio de plumeros (penachos de plumas con los que se adornaban), sal y más tarde caballos.

I)PARLAMENTO NEGRETE:Se conoce como Parlamento de Negrete (1803) a la junta diplomática de la que emanó un tratado entre españoles y mapuches. Es considerado habitual e incorrectamente como el último parlamento del periodo colonial de Chile, en el que ambos bandos solemnizaron sus paces y alianzas. Se realizó entre el 3 y 5 de marzo de 1803 al borde del Río Biobío, en el vado fronterizo de Negrete, por iniciativa del gobernador de Chile, Luis Muñoz de Guzmán.

El tratado
Como en las anteriores juntas diplomáticas entre autoridades coloniales y jefes indígenas, el parlamento de 1803 fue traducido, por los españoles, a un tratado escrito de 8 artículos.
Reconocimiento y ratificación de Carlos IV de España como soberano.
Superación del sistema de ferias anuales, anteriormente acordado, por considerarse insuficiente. Se acuerda autorizar el libre comercio y el libre tránsito.
Ratificación de un anterior acuerdo, ya puesto en práctica, de que los principales caciques envíen a algunos hijos al seminario de Chillán, para que sean católicamente instruidos y puedan optar al sacerdocio.
Pese a haberse producido malocas (incursiones violentas), queda todo resentimiento olvidado y se ratifica la paz y amistad entre los dos bandos, "y que cualquiera que alterase esta conducta, o tomase armas para robos y venganzas, faltando a este Tratado contra el respeto debido a la soberana autoridad, será considerado como un rebelde, y castigado con todo el rigor que corresponde a los malos vasallos, y enemigos de su propia sangre".
Ratifica acuerdo anterior de no permitirse la entrada y acogida de desertores o prófugos españoles en el territorio mapuche. Se ratifica que se entregarán 12 pesos por cada español devuelto en las guarniciones de la frontera.
"Que hallándose esta mar llena de embarcaciones extranjeras con pretexto de pescar ballenas, se introducen sagazmente en sus costas, como ya sucedió en las de Tirúa en los últimos años durante la guerra con la Nación Británica", los mapuches se compromenten a no tratar con sus marineros. Y aún más, se compromenten a apoyar la defensa del reino frente a una eventual invasión.
Ratifica el compromiso mapuche de no incursionar en las "Pampas de Buenos Aires".
Parabienes, deseos de felicidad y paz, además de exortación y recomendación a nombre del rey de escuchar, acoger y dar buen trato a los misioneros.
La alianza defensiva se llevó efectivamente a la práctica durante la Independencia, cuando los mapuches lucharon contra los patriotas y a favor de España.

j)organizacion politica:asta ahora, esta era una historia desconocida para los mendocinos. Cuando se habla de nuestros antepasados los indios, la mente del mendocino medio viaja hacia los huarpes, esos indios que vivieron en el norte de Mendoza, y fueron rápida y fácilmente sometidos por los españoles en el siglo XVI. Poco, muy poco sabíamos de los pehuenches, que hoy nos generan admiración: como guerreros eran invencibles: los españoles no fueron capaces de someterlos nunca, en 350 años de colonialismo. Como domadores, su habilidad en el manejo de los caballos los hizo legendarios. Como artesanos demostraron notable habilidad para producir ponchos, que ellos mismos tejían, para exportarlos a los mercados de Santiago, Mendoza, Buenos Aires, Tucumán y hasta Asunción. Y sobre todo, como políticos y diplomáticos, los pehuenches demostraron una capacidad notable para observar el espacio regional del Cono Sur, distinguir actores, diseñar estrategias, interactuar y negociar con los distintos grupos, con vistas a crear un polo de poder autónomo en Malargüe.

Como resultado de esta intensa actividad desplegada por los pehuenches, lograron que la Corona, a través de las autoridades coloniales, reconociera al principal cacique pehuenche como Gobernador del Sur de Mendoza. Los pehuenches ejercieron el control del territorio del sur provincial, sobre el cual regían sus leyes (y no las españolas), sus formas de organización social y su cultura. Tuvieron su propio territorio, al cual defendieron militar y diplomáticamente. Mantenían a la vez relaciones diplomáticas con Mendoza, con las naciones indígenas de la Patagonia y las Pampas, y con las autoridades hispanocriollas de Chillán y Los Angeles.

Este gigantesco, complejo y sofisticado mundo de relaciones sociales y tramas diplomáticas y políticas, era casi desconocido hasta ahora. Para alumbrarlo, Leonardo León Solís debió recorrer durante más de diez años los archivos de Argentina, Chile, España y Gran Bretaña, en busca de los documentos en los cuales quedaron los testimonios de este proceso. Eran como piezas pequeñas de un gigantesco rompecabezas. Porque un conflicto entre tres caciques pehuenches en el río Salado, donde actualmente se encuentra el centro de esquí Las Leñas, podía generar convulsiones en los fuertes de Luján, en Buenos Aires, en los campesinos de San Fernando, Curicó y hasta los confines del Reino de Chile.